Antropología : La Cabana


Desde que nací mi padre me enseñó como eran los agujeros dónde se esconden las almejas, los berberechos, las miñocas… Cualquier cosa que pueda encontrarse en una ribera

Aún a día de hoy me considero perfectamente capaz de distinguir el agujero de una almeja babosa del de una almeja fina

La mayor parte de los últimos veinte años de mi vida los he vivido en San Felipe  y en La Cabana


Como quedaba debajo de mi casa cada día iba a la playa con la marea baja



 No había marisco desde la isla que se encuentra en medio de la playa hasta los árboles que la protegen, ni una almeja

Alrededor de la isla Las almejas si estaban pero  una a cada 20 metros
Pero naturalmente en medio de las ratas no va nadie a mariscar y allí se quedaban

Cuando regeneraron la playa para el baño aportándole arena
(procedente del puerto exterior ) Se produjo lo que para mi fue un auténtico milagro


Aparecieron cientos de diminutos berberechos por todas partes Una auténtica plaga, tantos como cuando yo era pequeña

Crecieron en muy poco tiempo y se mantuvieron en generosa cantidad un par de años los que tardaron en  asentaran allí  almejas babosas  (bastantes) y almejas finas (muy pocas)

Esos días  allí sólo estaban no más de 10 mariscadores les recuerdo perfectamente
Procedían de Caranza, el Couto y las zonas cercanas a la `playa

Los mayoristas acudían a la orilla a comprarles en producto extraído Nunca cogían berberecho porque (me decían se lo pagaban muy mal)

Un buen día los bañistas habituales de la playa preferentemente mujeres decidieron coger marisco


 Lo hacían mal con instrumentos extraños y me observaban

Muchos me preguntaban ¿Cómo lo haces?

Se referían a la facilidad con que simplemente caminando y con un trozo de concha de vieira que acababa de encontrar iba metiendo en mi red almejas de considerable tamaño que utilizaba después para pescar en la costa

Pronto se les sumaron docenas de jóvenes, esta vez de ambos sexos

 Llegaron a organizarse muy bien

Según  me explicaban tenían vigilantes en puntos estratégicos
Uno en el cruce de la Graña con Brión Nadie puede llegar a La Cabana desde ese lado de la Ría si no pasa por allí
 Y los otros en las entradas desde Ferrol tomándose un café

Una llamada al Móvil y todos a recoger
Al principio me avisaban
Vamos me decían, que ya vienen

Yo sonreía y me despedía de ellos, pero no me marchaba nunca hasta que el mar llegaba  a la escalera de arriba

Me encanta chapuzar con las botas  en el agua

Llegué a comprar un traje entero que llevaba mis botas hasta el cuello

Nunca me pasó nada con los vigilantes
 Supongo que se preguntarían cuando me veían :
¿Pero qué hace ahí la pirada esa ?

 Porque yo lo mismo cavaba, que movía piedras, que recogía un cristal del suelo, que quedaba como una idiota mirando fijamente a un sitio

¿Que qué miraba?  Cualquier cosa

 Las huevas de choco por ejemplo que, aunque os parezca mentira, se encontraban allí fácilmente

Las huevas de los choquitos, son como los racimos de uvas negras y dentro de cada  una hay un choquito minúsculo vivo y moviéndose continuamente

Si  los huevos tienen la suficiente madurez puedes ver salir los choquitos de  uno en uno es una explosión de belleza


VIDEO DE AQUARIUM FINISTERRAE La Coruña

En media hora todo un ejército sale fuera del racimo y los diminutos choquitos de centímetros ya nacen con la capacidad de escupir tinta si se asustan

Hay que tener especial cuidado con las crías marinas nunca deben tocarse
Cuando los nuevos mariscadores terminaron con la almeja, se pasaron al berberecho

 Se llevaban los berberechos hasta de menos de 1 centímetro Llenaban los capachos negros a tope, los alineaban en las maderas de las duchas y las furgonetas los venían a buscar

Hasta entonces los abandonaban y aparecían en los montones que rodeaban a los agujeros en que cavaban la almeja
Muchas veces cuando se iban los mariscadores tapaba los agujeros que habían hecho y enterraba los berberechos a la distancia adecuada

En este video del 2010 que yo misma grabe podemos ver como se entierra uno de ellos solito




Me parto de risa cuando salen en los videos los vigilantes que tiran alegremente las almejas al agua mientras dicen:

Las estamos “SEMBRANDO” DE NUEVO

Si las almejas “sembradas” con ese método cayesen en una piedra o en un suelo compacto no podrían enterrarse tan rápidamente como quisieran y servirían de fácil alimento para sus depredadores naturales

Sería algo así como “sembrar” por usar la nomenclatura “oficial” conejos en una reserva de zorros

En el margen sur de la Ría hay dos biólogos que llevan años sembrando como se tiene que hacer, que se las den a ellos

Y en el norte hay una cofradía  al que seguramente esas almejas decomisadas le vendrían también muy bien  Ahora que tiene 30 mariscadores 


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